Reflexión sobre las historias que nunca acabé

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¡Hola Gatos Negros!

Hace ya mucho tiempo que os quería hablar del tema de las historias inacabadas que cada uno, como escritores, llevamos a nuestras espaldas. Esos relatos que se llenan de polvo en cuadernos o papeles olvidados en un cajón. Es una cuestión en la que pienso mucho, sobretodo en épocas como la actual, donde tengo una sequía de palabras y relatos.

En mi caso, siempre me han pesado las historias inacabadas. Son como piedras que cargo en la espalda, fracasos que me recuerdan que no he tenido la constancia, ni el arrojo necesario para acabarlas. Es por eso que la mayoría de veces no me gusta decir que soy escritora, por el simple hecho de que aunque escribo, no acabo la mayoría de mis trabajos.

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¿Por qué soy una creadora de mundos?

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Digo por qué soy creadora de mundos, por no generalizar. Cada uno tiene sus propias razones y yo os quiero contar los motivos que me llevan a mi inventar realidades, personas y situaciones. Mil y una historias se me han ocurrido en mis muchos años de vida, pero no ha sido hasta ahora que no me he dado verdadera cuenta de porqué lo hago.

Fue después de un largo tiempo de sequía, una época donde estaba más enfocada en mi realidad que en crear, cuando me fui marchitando como una flor. Al principio sólo era tristeza, luego se convirtió en una sensación de vacío y al final acabé preguntando qué era lo que me falta. Tarde un tiempo en darme cuenta de que había dejado una parte de mí a un lado. Y es que en esencia eso soy yo, una creadora de realidades además de una hija, una hermana, una amiga o una novia.

Crear historias para mí es algo tan necesario como respirar, aunque puedo dejar de hacerlo durante un tiempo sin morirme en el camino. Eso sí, volviendo a ello cuando lo necesito. Y, ¿cuándo es eso? Cuando necesito respirar, dar una bocanada de aire que me refresque el cerebro tan aturidido por la realidad. Se puede decir que es una vía de escape a mi vida, pero yo prefiero verlo como unas minivacaciones dentro de mi propia mente.

La inquietud también es otra razón. He querido vivir cientos de vidas, ser piloto en una guerra, vivir en el futuro o en el pasado, ser la heroína en una gran epopeya, entre otras cosas. Pero solo puedo tener una vida. Por ello, imagino, creo y también leo, porque aunque sea imposible lo que quiero, por lo menos puedo conseguirlo creando historias. Puedo vivir en ellas como protagonista o por lo menos como narrador.

A su vez, creo porque es divertido y me entretiene y no solo eso, también entretengo a los demás. Aún me acuerdo que una vez, conseguí tener en vilo a un grupo de chicas parlanchinas con una historia. Mientras mucha gente se aburre, cosa que ya no ocurre tanto gracias al movil,  para mí es fácil estar ocupada pensando en cómo seguirá la historia o cómo será tal o cual personaje. Lo bueno de esto es que, al contrario que un smartphone a veces, utilizo mi cerebro y lo oxigeno haciendo que esté contenta y a gusto. Por lo que crear hace que me siente positiva ante el mundo.

Estos son mis motivos para ser una creadora de mundos. Ahora, me gustaría saber cuales son los vuestros. Estoy segura de que tendréis otra razones y de verdad que me gustaría saber sobre ellos. Así que, si quieres puedes dejarme un comentario aquí abajo.

Y como siempre digo, ¡hasta el proximo post Gatos Negros!

La valentía de escribir

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En el post de hoy me gustaría hablar de algo a lo que le he estado dando vueltas últimamente. Os aviso que hablo desde mi propia percepción y opinión, lo que significa que podéis no estar de acuerdo conmigo. Lo único que espero es que entendáis lo que quiero decir con esto.

Meditando sobre escritura y lo que esto supone, he llegado a la conclusión de que hay cierta valentía en la acción de escribir. No hablo de aquello que hacemos de manera inconsciente todos los días al enviar un mensaje de texto o hacer la lista de la compra. Me refiero a la escritura como acto meditado, lo que hacemos al narrar una historia o al confesarnos en una carta de amor. Son esos momentos en los que escribimos con el corazón, más que con la cabeza.

Y ahí reside la valentía del que escribe, en dejar parte de sí mismos al descubierto a través de las palabras, aún sabiendo que nos pueden hacer daño con ellas. Aceptamos que los demás puedan leer lo que escribimos, exponiéndonos a las críticas que pueden no ser siempre buenas o constructivas. Como leí una vez, le damos a los demás la capacidad de destruirnos y también de acabar con nuestra pasión por la escritura.

Pero sabiendo esto, ¿por qué nos exponemos de esta manera? Simplemente por que tenemos la necesidad de decir cosas y eso nos lleva a la valentía de hacerlo, cueste lo que cueste. Cuando se trata de algo que llevas tan dentro, simplemente escapa de toda lógica. Y aunque tengamos miedo (miedo a que no guste lo que escribamos, a que no sea suficientemente bueno, a no ser reconocidos por los demás…), sacamos la valentía de hacer lo que nos gusta, aunque a veces tengamos épocas de sequía que nos pongan a prueba.

En conclusión, el escritor, el que escribe desde la pasión y el sentimiento, es una persona valiente  que aún temiendo se arriesga. Buscando trasmitir, crear emociones o compartir, no le importa ponerse en primera línea de batalla con tal de hacer lo que le gusta. Y es por eso, que cada vez que tengáis una época en el que sintáis que no tenéis inspiración para hacerlo, recordad que sois valientes y espero que eso os ayude a seguir adelante con vuestra pasión.

 

Errores más comunes a la hora de escribir: Parte 2

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Siguiendo con los errores más comunes esta vez os traigo cuatro diferenciaciones entre palabras muy parecidas pero que se escriben de distinta forma y significan algo diferente.

Ay, ahí o hay

Tres palabras diferentes, aunque suenan igual. Si ponemos Ay estamos expresando dolor o aflicción. Por ejemplo: ¡Ay! Me pinché con la aguja. ¡Ay! No me toques que me duele. Esta palabra va siempre con exclamaciones. Si en cambio, si escribimos ahí nos estaremos señalando a un lugar. Ahí es donde me compre la bufanda. Me duele ahí. La palabra hay viene del verbo haber. Hay varios regalos para Manuel en mi casa. ¿Hay leche en la nevera o la tengo que comprar?

Haya, halla o allá

Hay tres cosas que se pueden referir a Haya: Primero, puede ser un árbol de madera blanca. Segunda se trata de una conjugación del verbo haber. Tercera, si se pone de esta manera, Corte de la Haya, estamos hablando del Tribunal Supremo Internacional que está ubicado en Holanda.  Los muebles de madera de Haya son de una calidad muy buena. Espero que haya un baño en la estación. La Corte de la Haya investigará si tomar cartas en el asunto. Halla es una conjugación del verbo hallar (encontrar). Al final de la película, Valentín halla lo que estaba buscando y se acaba con un fundido en negro. Por último, allá al igual que ahí señala un lugar aunque este se utiliza para hablar de sitios más lejanos, mientras que ahí es más para cerca. Allá hay un cartel que dice donde está el centro comercial.

Valla, vaya o baya

Valla se refiere la cerca que se pone con estacas o tablas unidas y clavadas en el suelo para delimitar un sitio o señalar algo. La valla no deja que los animales vayan a los pastos que no son de su propietario. Si ponemos vaya, nos estamos refiriendo a una conjugación del verbo ir. ¡Qué se vaya lo antes posible! En cambio, si lo ponemos con b (baya) estamos hablando de una fruta que crece en los arbustos. Ayer fui a dar paseo por el sendero y me comí unas bayas por el camino.

Basta o vasta

Si escribes basta estamos diciendo que es suficiente. ¡Basta ya de discriminarnos por ser mujeres! Por el contrario, si lo escribes con v (vasta) estamos hablando sobre algo que es extenso o grande. El conde tiene vastas tierras, de kilómetros y kilómetros de ancho.

Tuvo o tubo

Tuvo es una conjugación del verbo tener y que se utiliza en pasado. Ella tuvo muchos admiradores de joven. Tubo es un cilindro alargado que está abierto por dos lados. Se rompió el tubo y se derramo toda el agua en el piso.

Espero que estas aclaraciones os hayan sido útiles. Dentro de poco escribiré otro post para seguir ayudando con la ortografía. ¡Hasta el próximo post!

Cómo hacer escenas de acción (sin morir en el intento)

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Cuando uno se enfrenta a una escena de acción tiene que plantearse con cuidado cómo deberá ser esta. Si le da un ritmo demasiado rápido, los lectores pueden no entenderla bien y creer que es un caos. En cambio, si es demasiado lenta puede aburrir y hacer que se deje la lectura. Lo mejor es jugar con el ritmo lento y rápido algo que aunque no es sencillo al principio se va mejorando con la experiencia.

Basándome en mi propia experiencia, estos son los consejos que puedo dar:

  • Antes de empezar a escribir la escena imagínatela: Lo mejor para saber cómo va a ser una escena de acción es imaginártela. La primera vez solo reprodúcela en tu mente. En la segunda tiene que empezar a analizar cómo transcurre la acción. ¿Al principio es rápida o lenta?¿Cómo le sigue? ¿Cómo es cada movimiento? Ir poco a poco respondiendo a estas preguntas y siendo más consciente de lo que ocurre en ella. Si por ejemplo, se trata de una escena en la que alguien enciende la mecha de un explosivo que va a matar a una persona, seguramente nos imaginaremos que la persona que va a morir lo estará viendo como si fuese en cámara lenta, apurando los minutos. Pero si se trata de una escena en la que un joven corre para zafarse de alguien que quiere pegarle, seguramente esa escena nos la imaginaremos rápida, en parte por la adrenalina que puede soltar nuestro cuerpo al correr o al imaginarnos corriendo con el protagonista.
  • Existen formas de hacer que la acción lenta o rápida. Por ejemplo, cuando queremos que sea lenta utilizaremos el recurso de la descripción para posponer seguir con la siguiente acción. Además, las frases deberán ser largas, aunque no excesivamente. Siguiendo con el ejemplo anterior: El hombre hizo rodar la ruedecilla del mechero que sostenía en la mano haciendo que se escuchase un click, click, click. La llama prendió enseguida, bailando amenazante con sus colores rojos y naranjas. Aunque la víctima no estaba cerca pudo sentir el calor que emanaba la llama. Con un movimiento seguro, el asesino bajo el mechero acercándolo más a la mecha gruesa y marrón de la dinamita. Colgaba boca abajo sin vida hasta que la llama tocó la punta y cobró vida entre chispas amarillas. Al contrario, si lo que queremos es hacer una acción rápida utilizaremos frases cortas con poca descripción. Aquí se trata de utilizar verbos. Ejemplo: Él corrió con todas sus fuerzas. Solo quería escapar de allí y estar a salvo. Alguien le agarró de la manga de la chaqueta pero se zafo de él. Giro a la izquierda tropezando con el bordillo cayendo al suelo. Se había pelado las palmas de las manos pero no le importaba, se levanto y siguió corriendo. Por suerte, era más rápido que los demás porque después de varias calles, ya no oía las voces de los hombres que le querían agredir.
  • Practicar, practicar y practicar. Una forma de hacer que nos sea fácil escribir escenas de acción es practicarlas. A través de la experiencia, de juzgarnos a nosotros mismo y comparar nuestros textos al principio y después de unos ejercicios, aprenderemos a sentirnos cómodos con este tipo de narrativa y nos será más fácil jugar con los ritmos.
  • Cuando ya tengas experiencia mezcla los ritmos. Muchas veces las acciones, sobretodo si son prolongadas, pueden ser rápidas o lentas en algunas partes. A través del ejercicio de imaginarnos lo que ocurre identificaremos qué partes son rápidas o lentas y una vez identificadas las podremos escribir.

Espero que estos consejos os hayan sido de ayuda. ¡Hasta el próximo post!

Consejos para escribir un relato: Hilo argumental principal

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Si quieres escribir una historia y no morir en el intento, uno de los aspectos que debes de tener claro es cuál es el objetivo del relato, es decir, de qué quieres que trate la narración principalmente. De esta manera, no te irás por la ramas cuando empieces a desarrollar la historia y será como un hilo al que puedes aferrarte y tirar para ir avanzando en el relato. Cuando tengas claro el principal argumento, será más fácil ir añadiéndole otros argumentos secundario (aunque no muchos) para darle más cuerpo a la historia.

Por ejemplo, imagínate que vas a escribir una historia sobre Bruce, un joven de 16 años e hijo de un pastor baptista, que un día conoce a Leo, un estudiante  abiertamente gay que ha sido trasladado a su instituto. Bruce que nunca había pensado en que se podía enamorar de un chico, empieza una tórrida y secreta relación con Leo, mientras se cuestiona si lo que está haciendo está bien. El hilo argumental podía girar sobre la repercusión que tiene la homosexualidad de Bruce, en él y en la gente de su alrededor. Con esto, se puede anticipar por donde podría ir la historia. Podemos hablar sobre cómo afronta Bruce ser homosexual y cómo evoluciona su percepción sobre este tema a lo largo del relato y sobre cómo reacciona la gente de su alrededor cuando se van enterando de la orientación sexual de chico, entre otras cosas.

Como ves, será más sencillo desarrollar la historia e ir añadiendo escenas. Incluso se pueden crear personajes que tengan como función ayudarnos con ese hilo argumental. En el caso de la historia anterior, podemos inventarnos un compañero que increpa a Leo por ser gay y que además es el mejor amigo de Bruce. Por culpa de este chico, Bruce puede poner obstáculos a la relación con su novio porque alimenta el sentido de la culpabilidad del este, algo que ya tenía antes por la educación que le dio su padre, el pastor baptista.

Si tienes esto claro, te aseguro que aunque el camino no será un lecho de rosas, por lo menos encontraras menos espinas y eso es de agradecer. Cuanto mas simple sea escribir una historia, más difícil será dejarla a un lado porque te aburres o porque no te ves con la capacidad suficiente para hacerlo.

Beta Reader: ¡Ánimo compañero!

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Cuando uno empieza con una historia, es de agradecer tener a un compañero que te de consejos, revise y mejore aquello que vas haciendo, es decir, tener un beta reader. Es una forma de ir evolucionando y perfeccionando tus habilidades de escritura de una manera más amena, a la vez que también se convierte en un aprendizaje para la persona que te ayuda. A través de esa relación, se consigue un feedback literario que de otra forma no se podría haber dado.

Un beta reader es alguien que ama leer y/o escribir y que gracias a esa afición tiene la capacidad de darse cuenta de aspectos literarios de los que un lector ocasional no se daría cuenta. Quizás muchos beta readers potenciales no sean conscientes de que tienen esa habilidad porque nunca se han puesto a pensar sobre ello, pero sí que se habrán sorprendido alguna vez  por ejemplo al darse cuenta de que saben más o menos qué dirección va a coger una historia.

A su vez, alguien que quiera ser beta tiene que tener otras habilidades como la paciencia, el compromiso y saber explicarse. Como se trata de ayudar a otra persona, habrá que ser paciente con ellos y sus acciones aunque eso no significa que no tengamos que llamarle de vez en cuando la atención si se lo merece. Es importante que el beta reader se comprometa a ayudar a esa persona y no la deje en la estacada porque se haya aburrido. Esa persona que le ha pedido ayuda confía en que el beta esté ahí de vez en cuando, así que sería una falta de respeto no hacerlo. Como se trata de dar consejo y de enseñar, es necesario que el beta sepa explicar bien lo que quiere decir para que la otra persona la entienda. Si no fuese así, sería difícil que alguno de los dos aprendiera.

Por último y a continuación, pondré algunos consejos que he aprendido en el transcurso de mi beteo:

-En lo bueno y en lo malo: Intentar no centraros en decir solo los errores que han hecho en la escritura. Alabar también aquello que hacen bien para que se sienta valorado de vez en cuando. Puede que sea más sencillo ver los errores, que los aciertos, pero generan más avance algunos aplausos, que los constantes abucheos.

-Interés: No digo que tengáis que estar día tras día preguntado a vuestro bateado, pero un: «¿Qué tal va la historia?» de vez en cuando (dos veces al mes, por ejemplo) hará que este no se olvide de ella y si está en un momento de bloqueo que no te ha dicho, puedes ayudarle a superarlo.

Mis herramientas, son tuyas: Seguramente, al igual que tu beteado, en algún momento de tu vida has estado escribiendo y te has interesado por conseguir herramientas que te ayuden con ello. Lo mejor sería que esas ayudas que has ido adquiriendo, se las pases a la persona que beteas para de esta forma darle más recursos para llevar hacia delante su objetivo.

Piensa, luego opina: Antes de opinar, piensa en lo que vas a decir. No hay peor beta reader que aquel que no ha masticado la información antes de soltarla. Si no se hace, quizás no se capte lo que ha querido hacer la persona a la que leemos o puede que digamos algo que pueda llevar a una confusión entre ambos.

-No lo sabes todo: Aunque hayas obtenido experiencia por los años que llevas escribiendo (o beteando), no hay que olvidar que uno no lo sabe todo y puede errar. Esto se puede dar por los dos lados y ambos tienen que entenderlo.

Por mi parte, os recomiendo ser beta reader porque es una experiencia bonita que aporta mucho. Si se sienten dudas, decir que el beteo no es algo de vida a muerte, así que no hay que tenerle demasiado respeto, solo el necesario. Intentarlo y ya veréis como os acabará gustando.

 

 

 

 

 

Tips para crear bien un personaje. Vol. II

Siguiendo con el post anterior, voy a continuar con los consejos para crear bien un personaje que sea importante o qué tenga cierta importancia. Según a qué dos de estas categorías pertenezca, tendremos que poner más detalles o menos en su ficha. Algo que yo considero vital para entender bien a cualquiera, es saber aspectos de su pasado. De este modo, entenderemos a que se debe su personalidad, su gestos y sus relaciones. Por ejemplo, el personaje que teníamos en el anterior post mantenía una relación tirante con su hermano. ¿A qué se debía esto? ¿Cuál es la razón de que Ludwig sea siempre tan borde con su hermano? Porque resulta que el peso del legado familiar está en sus hombros en vez de en las de su hermano, que es el mayor de los dos. Y encima, Niklaus ni siquiera sabe nada sobre el legado. Eso lo lleva a tener envidia por él y a tratarlo mal. Cómo veis, el saber sobre el pasado del personaje nos ayudará a saber porque se comporta de esa forma en el presente.

Pasado:
Ludwig es el hijo de Anna y Bertram, hermano pequeño de Niklaus. No tan apegado a su madre como su hermano, tampoco tenía una relación estrecha con su padre, algo que cambió después de la muerte de su madre. Cuando era un niño le encantaba estar con los animales que le regalaba Anna. 

Al morir ella, todo en la vida de Ludwig cambió. Sus animales iban desapareciendo y muriendo (por culpa de su padre que los utilizaba para sus experimentos). El punto de inflexión llego cuando su hermano pidió a su padre ir a la academia de Bellas Artes. Aquello enfureció a Bertram y al padre de este, pues querían que los hermanos fueran militares para poder usar estos contactos para conseguir contratos para la empresa científica de la familia. Contra su voluntad, Niklaus fue a la academia militar. Justo cuando se iba, Ludwig le dijo a su hermano que no estuviese triste pues sería divertido vivir allí junto con los caballos que tendría que montar. Al oír el comentario de su hermano, se enfadó con él y le dijo que era un estúpido por creerse eso. Lo último que le dijo Ludwig a su hermano antes de irse fue que él iría a la academia y sería un militar mejor que él. Aquello hizo que Bertram sintiese más simpatía hacia Ludwig, ya que los deseos de este entraban en sus planes. Esto hizo que tuviese un acercamiento con su padre.

Pero todo esto cambió cuando los hermanos de su padre contactaron con él, explicándole que Anna había muerto por culpa de los experimentos de su padre y que este incluso había probado varias pruebas con él y con su hermano. También le contaron que Bertram y su familia habían sido los causantes de muchas armas bacteriológicas que se habían utilizado y que vendían al mejor postor con la intención de ganar más poder o dinero. La familia de su madre era la encargada de parar eso, pues, en parte, ellos crearon la empresa junto con la familia paterna de Ludwig. 

Sus tios le dijeron que él sería de gran ayuda, como lo fue su madre antes, para parar a Bertram. Él que por aquel entonces era muy joven, les dijo que si no podía ser Niklaus el infiltrado, pero estos le dijeron que la familia paterna lo despreciaban así que no tendría una posición privilegiada en la que operar. Al final, Ludwig acepto y esto le llevo a hacer cosas bastante deplorables e inhumanas para ayudar a su padre y así mantener su confianza. Esto hizo que tuviera una crisis de culpabilidad y surgiese una envidia hacia Niklaus que se mantenía al margen de todo lo que realmente ocurría.

Otro truco que utilizo para los personajes y que además, no solo sirve para desarrollar a estos, sino que también ayuda a conocer a los demás sujetos de la historia. Se trata de ver al personaje a través de los ojos de otros. De esta forma, sabremos cómo los demás ven al personaje y si lo estamos creando de una forma lógica.

Cómo ven a Ludwig

Anna: En lo más hondo de su corazón, mi hijo es una persona sensible y con gran corazón. Eso se ve claramente cuando cuida de sus animales. En el mimo que les da se nota que se preocupas por ellos. Con las personas es igual, pero le cuesta un poco más demostrarlo. Sé que siente cierta admiración por su hermano, aunque lo guarda en secreto para que este no lo note. Piensa que si Niklaus sabe que lo admira, él se burlará de Ludwig.

Bertram: Ludwig es un buen hijo que sabe que es lo que le conviene para llegar a ser alguien importante. Entiende que tiene seguir las ordenes de manera eficaz y sin dudarlo lo más mínimo. No es demasiado inteligente, pero al contrario que su hermano, deja que ayudarse por lo demás.

Niklaus: Es un capullo y un lameculos. Cuando éramos pequeños pensaba que sería un buen hombre, pero después de saber que seguiría los deseos de Bertram me di cuenta de que es igual que él. Ya tengo suficiente con un manipulador en la familia, como para tener encima a un idiota que hace lo que Bertram quiere.

Estos son los recursos que utilizo para crear un personaje. Puede que sean bastantes y muchas veces hay partes que podéis no utilizar. Lo único que espero es que os sean de ayuda si alguna vez intentáis utilizarlos para crear bien a un personaje. Si se me ocurren otros consejos para la creación de personajes, iré añadiendo más volúmenes con el mismo título. Gracias por leerme y cómo he dicho antes, espero que os sean útiles.

 

Tips para crear bien un personaje. Vol. I

Es evidente que los personajes son importantes para una historia y por ello, cuando empecemos a crear una será imprescindible tomarnos un tiempo para pensar en ellos. Al fin y al cabo, el relato va a girar en torno a estos individuos, las situaciones que viven y las acciones y decisiones que tomaran en esos momentos. Para conseguir que esto sea lo más fácil posible de desarrollar y los diálogos sean creíbles, lo mejor es conocerlos tan bien como conocemos a nuestros amigos, familiares o incluso a nosotros mismos. Hay que conseguir que sean parte de nuestra historia personal, de tal forma que estando en el autobús, por ejemplo, nos imaginemos al protagonistas entrando en el transporte.

Lo primero que hago para desarrollar un personaje, es hacer una ficha donde aparecerán aspectos, tanto físicos, cómo psicológicos del personaje. Este es un ejemplo:

Nombre y apellidos: Ludwig Bruhl
Sexo: Masculino
Nacionalidad:  Alemán
Lugar de nacimiento: Friburgo de Brisgovia.
Lugar de residencia: No tiene.
Fecha de nacimiento: 17/07/1988
Edad en la historia: 26 años
Apariencia: Pelo corto de color castaño claro. Ojos marrones, no muy grandes. Tez blanca, sin imperfecciones. Sonrisa grande y bonita. 1, 87cm.  75kg.
Carácter:  Es una persona independiente. Tiene la tendencia de hacer graciosillo pero con un punto insolente (sobretodo con Niklaus). Es abstraído (parece que nunca se entera de nada) y muy realista. En realidad lo de hacerse el gracioso es para ocultar la tristeza que siente por su situación.
Miedos: Seguir viviendo una mentira para siempre.
Sueño: Poder olvidar. Vivir lejos de su familia y de la guerra.
Aficiones: Practicar deporte, cuidar de los animales, comer cereales a todas horas.
Virtudes: Es capaz de aliviar el ambiente con su humor.
Defectos: Da la sensación de que no se toma nada en serio. Genera sensación de desconfianza
Profesión: Militar (frustrada: Veterinario).

*No es obligatorio pero se puede poner una foto de algún actor/actriz o modelo al que le veáis parecido. El de mi protagonista es este.

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De esta manera, ya hemos hecho el primer contacto con el personaje. Algo que nos servirá para guiarnos cuando empecemos a escribir. Pero aún nos falta mucho por saber de él. Una de las cosas que me gusta hacer es escribir sobre las relaciones personales que tiene, porque pueden decir mucho del individuo y será una forma de evaluar la química y la lógica que hay entre personajes. Os pongo un ejemplo siguiendo con el mismo protagonista.

Bertram (padre): Ludwig aparenta llevarse bien con su padre, aunque en realidad lo odia tanto como su hermano lo hace. Para ganarse su favor, le hace ver que toma sus consejos en consideración y lo ayuda con sus investigaciones científicas cuando este se lo pide. Lo único en lo que piensa es en acabar con la empresa familiar y no volver a ver a su padre jamás.

Anna (madre): Muerta. No era tan cercano a ella como lo fue su hermano mayor, pero la quería mucho. Cuando ella murió, Ludwig fue al establo donde estaba el caballo preferido de su madre para llorar junto a ella. Anna fue quien inculcó al pequeño Ludwig la pasión por los animales y  le regalo el primer pato que tuvo.

Niklaus (hermano):  Siente cierto rencor hacia su hermano, de tal forma que le crítica y le echa en cara cualquier cosa cada dos por tres. Esto se debe a que aún siendo el hermano menor, le tocó a él hacerse cargo de la misión familiar (por parte materna) de acabar con la empresa de su padre, mientras su hermano mayor no sabe nada sobre el secreto de la familia. Intenta no estar mucho cerca de él.

Ahora, ya sabemos cómo se relaciona con otros personajes, porque lo hace de esa manera y conocemos más aspectos de su presente y su pasado.

Aunque existen más aspectos de los que tengo que hablar, este post está siendo demasiado largo, así que lo dividiré en dos tandas. Una la publicaré hoy y la segunda este mismo domingo. Espero que este post os sea de ayuda a la hora de crear vuestros personajes.

¡Nos vemos e domingo!

 

Buscando la inspiración: Lugares

A veces se escapa y no vuelve. La llamas, pero no contesta. La buscas, pero ni tu madre la encuentra (y las madres lo encuentran todo). La inspiración suele ser caprichosa y pasajera, algo que a la mayoría nos trae de cabeza pues preferiríamos tener un fluir constante de ideas los 365 días del año. Desgraciadamente, de vez en cuando, no nos queda más remedio que provacarla cual león para que aparezca ante nosotros. Hay diferentes formas de hacerlo y una de mis favoritas es ir a lugares que reaviven esa llama interior que necesito.

Imagen de google maps

Imagen de google maps

Por ejemplo, mi lugar favorito para conseguir inspiración es un camino que hay en el puerto deportivo de mi pueblo. Concretamente, me gusta mucho ir hasta la punta y sentarme allí para contemplar el paisaje mientras respiro profundamente. Me fijo en las montañas, en el agua, en las calles, en los edificios y en la gente. Me fijo en todo y voy dejando que el oxigeno llegue a mi cerebro, mi cuerpo se relaje y se me olvide que no avanzo en mis proyectos, quitándome de encima todo aquello que ha bloqueado mis ideas. Ese lugar consigue que me sienta en paz y segura, algo necesario para que las musas vuelvan.

Las vistas cuando estoy en la punta del camino.

Las vistas cuando estoy en la punta del camino.

En mi caso, se trata de conseguir estar en un lugar donde me sienta equilibrada y poder abstraerme de mi misma fácilmente. Dónde los miedos, las interrupciones o los pensamientos me atraviesen sin me molestarme. Poner distancia entre yo y mis pensamientos para que aquello que se interpone se desintegre. Siempre me imaginado esta situación de esta forma: Mis ideas son el agua de un río que fluye. Mientras circula, el líquido va regando la rivera creando vida. Pero en un momento del tramo, hay un montón de piedras(pensamientos) que bloquean el paso del agua por lo que al otro lado de esas rocas, la rivera es seca y árida. Si voy a un lugar donde siento que esos pensamientos se van olvidado (aunque sea por unos minutos), es decir, donde las piedras se van desintegrando, el agua volverá a fluir y de este modo también la inspiración.

En conclusión, si algún día estáis bloqueados y necesitáis que eso desaparezca, os recomiendo que vayáis a un lugar que os haga sentir lo mismo que yo siento en el lugar que os he dicho. Ir allí y por un momento, no penséis en nada más que en el sitio donde estéis. Dejar que os cautive, os apacigüe y se lleve aquello que os impida seguir adelante. Estoy segura que después de ello, seréis capaces de escribir o hacer aquello que queráis.