
Hace ya un tiempo tuve una charla con mi novio sobre dejar o no dejar libros a otras personas. Yo admití que no soy muy dada a dejar libros a personas que me dan la sensación de que no los van a cuidar bien o que no tienen pinta de que me lo vayan a devolver. Él me dijo que siempre cabía la posibilidad volver a comprarlo, pero yo le dije que no era lo mismo. Para que entendáis esta respuesta, me apetecía explicar la importancia que tienen para mi los libros en formato físico.
Me suena que son los japoneses quienes tienen la superstición de que las cosas tienen parte del alma de los dueños, pues lo mismo creo yo de los libros. Un libro no es solo la historia que contiene, no es solo la parte que ha dejado el autor al escribirlo. Desde el mismo momento en el que lo escoges para comprarlo, empieza a acumularse en él experiencias: el instante en que lo elegiste con ilusión, en el que lo oliste, en el que pasaste por primera vez sus páginas, en el que leíste la primera palabra, etc.
Quizás mientras leías en el tren ese libro, conociste a una persona interesante. También puede que relaciones una canción con ese libro porque entonces no hacías más que escucharla a la vez que devorabas las páginas con interés. Todo eso, queda impregnado en ese libro haciéndolo único. No existe otro libro que contenga esas experiencias y eso es lo que me causa en mi tristeza cuando se que he perdido mi libro. Sí, puedo comprármelo otra vez y tener nuevos recuerdos con él, pero no será lo mismo y eso es así pese lo que pese.
A su vez, si que me gusta dejar libros a personas que veo que tienen un interés en él, que sé que lo pueden leer y que me lo van a devolver. Por ejemplo, tengo una amiga también diseñadora a la que me encantaba prestarle los libros porque se los leía muy rápido y luego siempre quería comentar la historia conmigo. La verdad es que eso le daba un valor añadido a lo dejado porque no solo yo disfrutaba de él, sino que lo hacía otra persona, lo que convertía a ese libro en algo más rico, algo compartido por dos personas. Para mí es una especie de vínculo que permanecerá aunque nos dejemos de hablar por cualquier cosa.
En fin, que me da pena perder un libro por el simple hecho de que perdería aquello que me ha acompañado en esas experiencias. Ahora que lo pienso y aunque parezca muy raro, considero que los libros son algo así como mis amigos y tal como te apena perderlos, también duele dejar un libro y que no te lo devuelvan o se te pierda.
Bueno. Espero que os haya resultado interesante y que no penséis que estoy loca (ni que no tengo amigos jajaja). Ahora me gustaría saber. ¿Qué importancia tienen para vosotros los libros?