¡Hola Gatos Negros!
Hoy me apetecía hacer un artículo algo diferente a los que ya he hecho antes. Así que pensando, pensado, llegue a la idea de hacer una radiografía de aquellos que aman la literatura. Se trata de un post que en ningún momento tendrá la intención de burlarse de nadie, sobretodo porque me burlaría de mí misma también.
Espero que os divierta y os guste, aquí os dejo con esta peculiar radiografía.
Cerebro

Siempre he pensado que aquellos que amamos la literatura tenemos un cerebro singular o, por lo menos, una lógica especial si se trata de algo relacionado con libros. En el momento que se nos hablan de ellos…Din, din, din. En nuestra cabeza saltan mil interruptores, giran cientos de ruedas y un par de tornillos se caen de nuestra maquinaría.
De esta forma, nuestro cerebro empieza a operar para los demás de forma diferente y sorprendente. Es por eso que muchas veces nos miran con cara extraña si les decimos que tenemos un montón de ediciones diferentes de nuestro libro favorito o intentan convencernos de que teniendo una columna de libros sin leer del tamaño de la torre de babel, no nos hace falta esa nueva novela que nos ha entrado por el ojo y de la que no podemos para de pensar.
Ojos

Da igual si estás en el Fnac, en el Carrefour más cercano o en El corte inglés. Tus ojos (y tus pies) siempre buscarán la sección de literatura del lugar donde te encuentres. Te separarás de las personas que ibas (sin darte cuenta) o olvidarás lo que habías ido a hacer hasta que le eches un vistazo a las nuevas novelas que se han publicado. En momentos como esos, nos convertimos en halcones que buscan a su ansiada presa, una presa de papel y letras.
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