Buscando la inspiración: Lugares

A veces se escapa y no vuelve. La llamas, pero no contesta. La buscas, pero ni tu madre la encuentra (y las madres lo encuentran todo). La inspiración suele ser caprichosa y pasajera, algo que a la mayoría nos trae de cabeza pues preferiríamos tener un fluir constante de ideas los 365 días del año. Desgraciadamente, de vez en cuando, no nos queda más remedio que provacarla cual león para que aparezca ante nosotros. Hay diferentes formas de hacerlo y una de mis favoritas es ir a lugares que reaviven esa llama interior que necesito.

Imagen de google maps

Imagen de google maps

Por ejemplo, mi lugar favorito para conseguir inspiración es un camino que hay en el puerto deportivo de mi pueblo. Concretamente, me gusta mucho ir hasta la punta y sentarme allí para contemplar el paisaje mientras respiro profundamente. Me fijo en las montañas, en el agua, en las calles, en los edificios y en la gente. Me fijo en todo y voy dejando que el oxigeno llegue a mi cerebro, mi cuerpo se relaje y se me olvide que no avanzo en mis proyectos, quitándome de encima todo aquello que ha bloqueado mis ideas. Ese lugar consigue que me sienta en paz y segura, algo necesario para que las musas vuelvan.

Las vistas cuando estoy en la punta del camino.

Las vistas cuando estoy en la punta del camino.

En mi caso, se trata de conseguir estar en un lugar donde me sienta equilibrada y poder abstraerme de mi misma fácilmente. Dónde los miedos, las interrupciones o los pensamientos me atraviesen sin me molestarme. Poner distancia entre yo y mis pensamientos para que aquello que se interpone se desintegre. Siempre me imaginado esta situación de esta forma: Mis ideas son el agua de un río que fluye. Mientras circula, el líquido va regando la rivera creando vida. Pero en un momento del tramo, hay un montón de piedras(pensamientos) que bloquean el paso del agua por lo que al otro lado de esas rocas, la rivera es seca y árida. Si voy a un lugar donde siento que esos pensamientos se van olvidado (aunque sea por unos minutos), es decir, donde las piedras se van desintegrando, el agua volverá a fluir y de este modo también la inspiración.

En conclusión, si algún día estáis bloqueados y necesitáis que eso desaparezca, os recomiendo que vayáis a un lugar que os haga sentir lo mismo que yo siento en el lugar que os he dicho. Ir allí y por un momento, no penséis en nada más que en el sitio donde estéis. Dejar que os cautive, os apacigüe y se lleve aquello que os impida seguir adelante. Estoy segura que después de ello, seréis capaces de escribir o hacer aquello que queráis.