Escritura creativa Vol.5

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Si fuera por mí.

Si fuera por mí, morirías en este mismo instante. Rodeado de la oscuridad que únicamente puedes ver en el brillo de mis ojos. Una negrura vacilante, que espera atacar cual león hambriento. Sabes que está ahí, aunque no sabes lo que es. Humo negro lleno de odio, miedo y rencor. Siempre buscando a quien morder y esta vez, tú has sido lo víctima que se ha interpuesto en su camino.

El mecanismo

Todos tenemos un mecanismo. Un click. Un ejercicio que bloquea ciertas cosas, ciertos pensamientos. Una jaula para tus grillos, para el coco y todo aquello que nos puede dar miedo de una u otra forma. No deja que salga el loco del sombrero. Es nuestro tope, nuestro candado en la puerta para no dejar entrar, pero tampoco salir. Es la razón de estar cuerdos, mientras la sociedad se vuelve loca.

Escritura creativa Vol.4

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La soledad

Recibió a la soledad con los brazos abiertos y una sonrisa en la cara. Era un sentimiento frío por fuera, pero dentro de su cuerpo era cálida. La aceptó como profesora, sabiendo que sería dura y cruel, a la vez que justa y sabia. Con ella aprendería quien era de verdad, su esencia por fin le sería revelada, pues la soledad tenía la virtud de quitar los espejismos, las cosas sobrantes y las que no dejan ver más allá de la persona social. Tendría que tener paciencia, tendría que ser valiente y fuerte para superar todas las pruebas que esta le pondría en el camino. Era consciente de aquello y aún con el miedo que suponía descubrir la verdad sobre sí mismo, no quiso desaprovechar la oportunidad de aprendizaje que la soledad le daría.

Empatía animal

Apoya su morro en mi pierna, mojándome el pantalón con sus babas. Me mira con esa carita de cachorro y me doy cuenta de que no hace falta que le diga nada, ya sabe como me siento en ese momento. Echa un suspiro largo, como si él estuviese tan cansado como yo. Mueve su cabeza diciéndome que le rasque y meto mi mano en su pelaje. En ese momento, se relaja y yo con él. Él me trasmite su calma, su amor sin pretensiones. Sentimientos puros, que no se ven intoxicados por el pensamiento humano. El me hace compañía sin preguntas, sin juicios y sin poner en duda mis sentimientos, simplemente se queda ha mi lado hasta que me sereno.

Escritura creativa Vol.3

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Un reflejo de sí misma

Una vez soñé que estaba sola en una calle desconocida, llorando. Las lágrimas caían amargamente por mi cara. Lloraba por mis miedos, mis pensamientos, los problemas que veía ante mi cada día. Mi cuerpo se contraía cada vez que un gemido de dolor salía de lo más hondo de mi cuerpo. Cerré los ojos, deseando ser más y más pequeña hasta desaparecer. Hasta que mis problemas desaparecieran. Cuando los abrí y con la vista nublada mire mis manos fuertemente cerradas, me di cuenta que aquellas manos no eran las mías. No las de mi yo de ahora. Observe mi reflejo en un charco de lágrimas que tenía al lado y me vi como una niña con los ojos llorosos. Me quedé tan hipnotizada por aquella imagen que el tacto de una mano en mi hombro me asustó. La persona que me agarraba hizo que me girase para verlo y allí estaba mi yo actual, pero era diferente. Me saludo con una simple sonrisa, nada más, pues mi cara lo decía todo. Esa expresión de seguridad en mis ojos sabiendo que aunque me cayese me levantaría de nuevo. Esa sonrisa que decía que sabría reírme de la situación y de mí misma. No necesitaba tomarme nada demasiado en serio, sabría sonreír ante la adversidad. Mi yo actual me tendió la mano y con temor a que no fuera real dudé, pero ella me agarro fuertemente. Parecía tan pequeña y ella tan grande. Cuando estábamos las dos de pie, me di cuenta de que volvía a ser yo otra vez y sonreí. No sé cuanto tiempo estuve así mientras me miraba, pero al alzar la vista para agradecerme haberme ayudado, me di cuenta de que mi otra yo ya no estaba allí. O sí. Delante de mi había un espejo. En él, una chica sonreía sin temor. Un «de nada» salió de mi boca sin ser buscado y el gracias ya me lo había dicho.

Cuando te encontré

Hace un tiempo encontré unos mirada pintada en la pared. Eran ojos amigos que me saludaban con una sonrisa perdida. Días después, vi en ellos una nariz. Sus líneas redondas y conocidas evocaban dulces recuerdos que me hubiesen gustado repetir. Deje aquel lugar, esperando no volver, pues la boca que apareció me devolvió los sentimientos que una vez quise olvidar. Pero no me pude reprimir y otra vez volví allí. En aquella pared estabas tú, cómo siempre esperándome para verme pasar y volverme a enamorar.

Escritura creativa Vol.2

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Aquí os traigo otras dos escrituras que hice hace ya mucho tiempo:

Pensamientos en soledad

Sentada en una mesa de picnic en el monte. La brisa toca mi cara, mece mi ropa, envuelve mi cuerpo. El sol me ilumina y me ciega a la vez, dándome el calor que tanto necesito en mi soledad. Mira al infinito, miro a lo lejos. No me fijo en nada, solo contemplo. Miles de preguntas, muchas palabras. Todas surcan mi mente. ¿por qué somos así? ¿Cómo llegamos a ello? ¿Existe el destino o solo somos personas que se encuentran y se separan sin ningún sentido? ¿Por qué no hay respuestas para nuestras grandes preguntas? ¿En realidad queremos saberlo? O mejor dicho, ¿estamos destinados a saberlo? Simplemente creo que hay preguntas de las que no se debe tener respuesta, porque eso significaría perder la magia de la vida. Una vida que nos acerca a la vez que nos aleja. Una vida que se consume y se llena. Una vida que en un principio no elegimos tenerla. Solo somos espejos y sombras. Espejos de nosotros mismos y de los demás, sombras de lo que fuimos y seremos.

Palabras

Me gustaría jugar con las palabras, colocarlas de tal forma que sugieran más que digan. Me gustaría encontrarlas en cada momento, cuando rio, cunado lloró, cuando te hablo y se escapan de mi boca. Son tantas y a veces tan pocas, sobretodo cuando quiero describir cómo me siento, sacar con ellas lo que llevo dentro. Son amigas y también enemigas. A veces son jueces, sin quererlo, de una mentalidad limitada por lo que vemos. Son elementos que se lleva el viento y el tiempo, que acaban olvidadas en un rincón de nuestra mente, de nuestros labios y nuestro corazón. A veces son mudas y otras gritan alto y fuerte. Pueden ser lo que ellas quieren, pueden ser lo que queremos.

 

Escritura creativa. Vol. 1

Escritura Creativa. Vol. 1

Una de las cosas con las que más disfruto es haciendo ejercicios de escritura que no tienen que ver con una historia larga. Dejar volar la imaginación sin saber muy bien a donde te puede llevar. No hay expectativas, ni miedos, uno solo escribe lo que se le pasa por la mente para liberarse. Aquí os dejo dos textos que hice hace poco, espero que os gusten. Si es así, os agradecería que comentaseis algo. Me alegraría mucho.

A del filo de la muerte

Eran mis últimos momentos de vida y solo podía mirar la cerilla prendida. El arma que me mataría. La llama se movía de un lado a otro buscando algo que prender. La gasolina le estaba esperando impaciente mientras algunas gotas bajaban por mi cuerpo encharcando el suelo. Era inevitable, iba a morir. Me lo decía el rojo fuego, el grasiento carburante, pero sobretodo era la mueca del hombre que me asesinaría lo que me sentenciaba a muerte. Soltó una estruendosa carcajada. Era el subidón de adrenalina por todo su cuerpo. Aquel era el efecto que tenía poseer un gran poder. La adrenalina que sentía yo, en cambio, era diferente. Embotaba mis sentidos, palpitaba en mis sienes y tenía la capacidad de convertir este momento en algo interminable. De repente, una ráfaga hace desaparecer la llama. Los dos dejamos de respirar unos segundos antes de que esta vuelva a prender. Nunca había sido una persona que creyese en la suerte, pero en ese momento hubiese dado mi alma si con ello el fuego se hubiese apagado. Ya no queda rastro de esperanza. Nada a lo que poder aferrarme para saber que tenía una oportunidad de vivir. La mirada de mi captor es decidida y el movimiento de su mano pone en marcha la cuenta atrás. Sigo el trayecto de la cerilla. La estela que deja mientras recorre los pocos centímetros que hay entre nosotros y me doy cuenta de que parece una estrella fugaz. Pienso en la ironía de ello, pues desearía que nunca se hubiese prendido. Toca la gasolina, que prende al instante y me llega el calor que desprende. Ya no hay vuelta atrás, ya no estoy en el filo de la muerte.

¿Sí o no?

A veces uno se lo tiene que jugar todo a cara o cruz. Tentar a la suerte, para ver si ésta aparece. Buscar en los rincones de tu mente,una parte que crea que existe algo más que la pura casualidad. Quedarse en el filo de un acantilado y mirar hacia abajo para ver si la decisión de caer es la adecuada. Dejarse llevar por la pasión, abandonando de una vez la voz de la lógica.  Esperar que salga bien, porque si sale mal significará que hay que avanzar hacía otro lado. En ese punto me encuentro, en el sí o en el no. El quizás es algo que ya no está permitido. No es esa salida de emergencia hacia la que correr en caso de miedo. Una decisión. Solo una hacía falta para acabar con aquello. Una palabra y quedará todo zanjado. Una pregunta más que quedará respondida. Se acaba el tiempo que no espera y mis labios se mueven de forma involuntaria, muchas veces saben antes lo que quiero que mi mente. Sí. Lo dije, no hay vuelta atrás. Algo nuevo comienza, lo viejo se acaba y alguien sonríe, pues era la respuesta que esperaba.

 

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