A la hora de escribir un relato, es necesario incluir descripciones que faciliten que el lector pueda imaginar las escenas y los personajes. Darles pistas para poder contextualizar y conocer de manera más amplia el mundo que construimos en cada historia. No es necesario utilizar las descripciones todo el tiempo y a su vez, tampoco es recomendable no poner ninguna. A continuación,os pondré en qué casos veo yo que es recomendable usar este recurso. -Paisajes: El entorno donde se desarrolle la acción es muy importante para cualquier relato, por eso si es la primera vez que estemos en él, hablemos de cómo es. Si no sabemos donde están y cómo son, no sabremos porque se comportan de tal o cual forma los personajes. Por ejemplo, sabemos que Inés está tocando el violín, pero no conocemos donde lo hace. Puede que lo esté tocando en un auditorio de una pequeña localidad o en uno de esos escenarios gigantescos de ciudad. En el primero, quizás Inés todavía no ha conseguido su sueño de ser una gran violinista de una famosa orquesta, mientras que en el segundo parece que su sueño se ha hecho realidad. De esta forma, podemos ver cuanto cambia la historia según el lugar. Lo mejor a la hora de narrar paisajes es mejor describir lo que hay y cómo se siente estando en él. Siguiendo con Inés y su actuación en el gran auditorio, podemos escribir sobre la amplitud del lugar, como todo está muy cuidado y preparado para ese tipo de actuaciones. Es un lugar que destila profesionalidad y elegancia, cosa que en un escenario de una pequeña localidad no se podría sentir igual. Para mi gusto, lo mejor es hablar de aquellos aspectos que pueden ser interesantes y quizás también importantes para la historia. No hace falta hablar de que los baños tienen una grifería chapada en oro, pero sí de la buena acústica que tiene el lugar, que hace que Inés se sienta sumida en un trance mientras toca. -Personajes: Nuestra percepción cambia según cómo sea el o los personajes que estén: mujer o hombre, joven o viejo, guapo o feo, con alguna malformación o alguna enfermedad, vestido con ropa forma o informal, con piercing o tatuajes o sin ellos… por eso es mejor describirlos la primera vez que se vean implicados en la historia. Según lo que queramos, el personaje cambiará siendo una cosa u otra. Si la escena va sobre un chico que se encuentra con un problema y le pida ayuda a su profesor, será lógico que el chico sea alguien joven con una piel llena de granos e imperfecciones y un look moderno de vaqueros y una camiseta, mientras que el profesor será alguien curtido por los años, con arrugas que delatan las preocupaciones que ha tenido a lo largo de los años y un viejo pantalón de un material que ya no se usa pero que es resistente, porque quiera algo que use durante mucho tiempo. Como veis, estás descripciones nos dan información sobre la personalidad de cada personaje, haciendo que no sea necesario tener que decirlo todo claramente, sino dejando que el lector intuya algunas cosas. -Personalidad/Sentimientos: Aunque hay que dejar que el lector descubra ciertas cosas, también tendremos que señalar como son o se sienten los personajes en un momento. Además de decir en un párrafo que Inés está entusiasmada por poder estar en el lugar de sus sueños, es interesante utilizar también este recurso cuando hay una conversación, aunque es mejor utilizar descripciones cortas. Por ejemplo: A) -¿Por qué no lo entiendes?-dijo ella agarrándole fuertemente por la muñeca. -No hay nada que necesite entender.-contestó él con sequedad, tirando de su muñeca y haciendo que a ella se le empeñasen más los ojos. B) -¿Por qué no lo entiendes?-dijo ella mientras le miraba con los brazos cruzados. -No hay nada que necesite entender.-contestó él con frialdad, sabiendo que aquellas palabras tampoco le dañarían. A) Ella: Se intuye que tiene miedo de que él se vaya de allí y no entienda por qué lo hizo. Él: Se ve harto por la situación y de ella. Solo quiere alejarse. B) Ella: Se ve que está enfadada y a la defensiva por los brazos cruzados. Él: Está enfadado y sabe que ella no le importa cómo esté él. Como veis, añadiendo la descripción de la situación, hemos sido capaz de dar a la gente más información sobre la situación y los sentimientos de los personajes, algo muy importante para conseguir un relato más completo y realista. En el caso de las discreciones de personalidad y sentimientos, uno no tiene porque estar continuamente hablando de ellos porque puede resultar algo cansino y monótono. Es como ese amigo que todo el mundo tiene y que siempre que estás con él o ella siempre se está quejando. Está bien escucharlo la primera media hora, pero después ya cansa. En conclusión, cuando describas algo o a alguien piensa durante unos segundos porque deberías hacerlo. Si lo ves necesario, hazlo y si no, es cuestión tuya ponerla o no. En mi caso, no me suele gustar que un libro tenga demasiada descripción porque acabo por distraerme, por lo que mis historias no suelen tener mucho de este recurso.
Interesantes consejos, los tendré en cuenta
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Útiles consejos, amiga. Como siempre! Gracias por compartir. :*
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